Por Silvino Cuate
Tengo la certeza de que no me conoces, pero tú y yo tenemos algo en común; nos vamos a morir, ojalá sea en un futuro lejano.
¿Le temes a la muerte? ¿Cuántas veces al día piensas en la muerte? Arthur Schopenhauer, en su libro ‘El arte de ser feliz’, tiene 28 reglas para disfrutar de una vida tranquila, una de ellas es pensar en la muerte de vez en cuando, aprehenderla, que forme parte de ti. Entonces ¿Por qué le tienes miedo? Quizá sea nuestra cultura occidental hablando.
Según la Real Academia Española, la muerte es un efecto terminal que resulta de la extinción del proceso homeostático en un ser vivo; y con ello el fin de la vida.
La muerte puede producirse por causas naturales vejez, enfermedad, consecuencia de la cadena trófica, desastre natural, o pueden ser inducidas como el suicidio, homicidio, eutanasia, accidente, desastre medioambiental.
La Real Academia ya está clasificado a la muerte. ¿Es decir que como humano tengo control sobre la muerte, o la muerte me controla a mí?
En lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) ha contabilizado 38 mil 621 homicidios y feminicidios, ¿Son muertes inducidas?
Mientras que la Secretaría de Salud Federal ha reportado más de 67 mil muertes por coronavirus ¿Son muertes naturales?
Esto no es todo, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, (INEGI), desde 2008 a 2018, son 6 mil 862 niños y jóvenes menores de 18 años se han quitado la vida. ¿Es una muerte inducida?
Como diría Epicuro, “La muerte no es más que una quimera. Cuando yo existo, no existe ella. Y cuando existe la muerte, no existo yo”.
De alguna forma la muerte llega, “No quedará en la noche una estrella. No quedará la noche. Moriré y conmigo la suma del intolerable universo, Borraré las pirámides, las medallas, los continentes y las caras”, José Luis Borges.