Nota escrita por Karlos Karo @JukaroKarl
El Pueblo Mágico de Chignahuapan realizó el festival de la Luz y de la Vida, para culminar el Día de Muertos. Entre los colores de las frutas, las flores de cempasúchil que adornaban las magnas ofrendas y las veladoras que las iluminaban, junto con los multicoloridos tapetes de aserrín embellecieron la 22ª Feria Nacional del Árbol y la Esfera, considerado patrimonio Cultural.

De ahí las autoridades dieron paso a la marcha de las Antorchas, donde habitantes como visitantes, acompañaron al edil de Chignahuapan camino a la laguna, iluminada la noche por el pasar de las candelas en la Calzada de las Almas con destino al Festival de la Luz y de la Vida.
Una vez arribado al lugar, las luces dieron paso al espectáculo, seguido de danzas y sonidos, donde desarrollaron la historia Náhuatl de las nueve pruebas que el alma del guerrero debe enfrentar para llegar al Mictlán, territorio del descanso eterno.
Pese a la aculturación en la metrópoli, los municipios aún conservan sus creencias y tradiciones, mismas revelan la belleza del misticismo y devoción con las que son realizadas. Por ello en el espectáculo emblemático de esta región, se detalló cómo el espíritu de una persona fallecida es acompañado por el Dios Xólotl, Dios del inframundo y del Fuego.
El Dios Xólotl acompañaba a los espíritus de los fallecidos en su recorrido al Mictlán para ayudar a enfrentar los temores propios del ser humano, hasta arribar al sitio donde descansará después de la Vida.
Para la presentación del día primero de noviembre arribaron más de 7 mil personas y para la presentación del día 2 de noviembre arribaron más de 3 mil visitantes, cabe mencionar que en ambas exposiciones, se contó también con turistas nacionales e internacionales.